Primeras pinceladas

Al abrir los ojos por la mañana del primer día en la cocina del hotel el único pensamiento que me vino a la cabeza fue el miedo al trabajo, al no entender nada de lo que me dicen, a no saber reaccionar. Una vez en el trabajo me di cuenta que es más fácil de lo que me pensaba entender a los compañeros de trabajo. Estos días me están pasando volando y estoy aprendiendo mucho, tanto con el idioma nuevo como en la cocina sobre todo en gastronomía italiana y japonesa, ya que una de las cocineras del hotel es japonesa, especializada en la cocina de su país.

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